Interpretar es vivir mil vidas en una y transmitir en todas ellas la verdad del personaje y del momento.
Es crear y proyectar con mi cuerpo y mi voz, un concepto o un personaje, con sus circunstancias, creencias y forma de ser, en el instante que está viviendo.
Desde niño siempre me fascino el cine. Me hizo vivir emociones y momentos que dejaron huella en mí, historias a las que daba vida en mi imaginación. Si hubiera un proyector en ella ahora tendría miles de películas.
El cine y el teatro le da la oportunidad al espectador de vivir momentos que no podría en su vida cotidiana, sentir emociones que no sabía que podía experimentar, reflexionar en terrenos inexplorados, inspirar sus vidas para cambios mejores o simplemente vivir una vida diferente por unos instantes.
El trabajo del actor es vaciarse de sí mismo para ser el recipiente del personaje. Descubrir la verdad de cada momento y abrirse a conocer la vida desde todas sus perspectivas.
Ser interprete me da la oportunidad de hacer la aportación más grande que pude soñar, y ahora entiendo que, sin saberlo, toda la vida estuve preparándome para ello.